Pictorialismo
Antecedentes
Los precedentes del pictorialismo vienen constituidos por las figuras de Julia Margaret Cameron y Henry Peach Robinson. En la fotógrafa inglesa encontraron los adeptos al pictorialismo una actitud decidida, además de una serie de comportamientos (o técnicas) ante la fotografía de gran aceptación para ellos, como es el uso de objetivos inadecuados y la búsqueda del efecto floue. Por otro lado, Henry Peach Robinson vino a ser el apoyo teórico del movimiento, gracias a su obra Efecto Pictorial en Fotografía, 1869, así como el inspirador del nacimiento de los grupos adeptos al pictorialismo.
Ideas y Técnicas
El pictorialismo supone una selección de los temas (Paisaje - Días nublados, de lluvia, de niebla,.... y todos aquellos en los que los agentes atmosféricos no permiten que las imágenes sean nítidas / Retrato - Se eligen principalmente figuras femeninas, e igualmente se busca esa borrosidad / Alegorías / Etc.).
Entre el tema seleccionado y la cámara se colocan filtros, pantallas y demás utensilios que impiden ver claramente. Igualmente recurren a la utilización de juegos de luces y sombras.
No se enfoca de forma deliberada para provocar un efecto similar a la pintura impresionista (es por eso que el pictorialismo es también conocido como fotografía impresionista).
Se utilizaban los conocidos como objetivos de artistas que suponía la colocación de elementos que no correspondían a las cámaras fotográficas empleadas, llegando a recurrir a objetivos antiguos muy imperfectos o, incluso, a la cámara oscura sin objetivo.
También se actuaba en la fase de revelado y en la de positivado de la imagen. Se emplea papel especialmente adecuado para sus manipulaciones. Se añade carbón, bromóleo, goma bicromatada, u otros pigmentos a las emulsiones buscando hacer las fotografías similares al dibujo, grabado, etc. Surge así el concepto de impresiones nobles.
La idea principal era la intención de buscar un resultado diferente al de las imágenes tradicionales y que además esto salte a la vista, lo cual resulta ser un valor añadido.
Por su manipulación, las conocidas como impresiones nobles, nunca resultaban iguales pese a que se partiera de un mismo negativo inicial. Estas técnicas impedían la multiplicidad de copias, por cuanto que las obras eran únicas. Se llegó incluso a destruir el negativo para impedir copias de las imágenes, en un intento de regular la creación fotográfica bajo las limitaciones propias de las artes plásticas tradicionales.
Para su presentación al público las imágenes (o impresiones nobles) son enmarcadas recurriendo a la utilización de marcos propios de pinturas antiguas y muy rimbombantes.
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